Deidad y Humanidad de Cristo
Leslie M. Grant
Paradojas Bíblicas Maravillosas


Esta paradoja es, sin duda, la más maravillosa del universo. “E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue manifestado en carne” (1.ª Timoteo 3:16).
Muchos hombres intelectuales sostienen que esto es imposible e increíble, y algunos llegan a luchar tenazmente en contra de la aceptación de esta manifestación tan admirable y maravillosa.
Ciertas personas afirman que al considerar al Señor Jesús en su humildad, sufriendo, cansado junto al pozo de Jacob (Juan 4:6), descansando sobre un cabezal (Marcos 4:38), clamando y derramando lágrimas (Hebreos 5:7), orando a Dios catorce veces con humilde dependencia (evangelio de Lucas) y muchas otras cosas, no quedan dudas de que verdadera y absolutamente era un hombre. Pero, confirmada esta verdad, ellos concluyen que entonces no podía ser Dios. Esto es puro razonamiento humano. ¿Es el intelecto capaz de establecer lo que Dios puede y no puede hacer? Estos hombres no admiten que Dios es más grande y más sabio que ellos.
Estas personas presentan sus objeciones sin tener en cuenta que la Palabra de Dios declara en muchos de sus pasajes que Cristo es Dios y Hombre a la vez. Por ejemplo, leemos en Colosenses 2:9: “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”. En 1.ª Juan 5:20, refiriéndose al Señor Jesús, leemos: “Este es el verdadero Dios, y la vida eterna”. Consideremos también los siguientes pasajes: Juan 1:1, Hebreos 1:8, Juan 5:23.
Además, la historia del Señor Jesús sobre la tierra también confirma lo antedicho. Hubo muchas situaciones en la vida del Señor que sólo pueden ser explicadas teniendo en cuenta de que Él es Dios: calmó el mar enfurecido (Marcos 4:39); caminó sobre las aguas tempestuosas (Mateo 14:25); respondía a los hombres conociendo sus pensamientos (Lucas 5:22); conocía de antemano todo lo que le sucedería (Juan 13:1,3; 18:4; Lucas 9:21,22); y muchos otros sucesos.
No obstante, debemos admitir que nos resulta sorprendente que la Humanidad y la Deidad del Señor sean ciertas al mismo tiempo. Sin embargo, una asombrosa paradoja observada en la creación puede ayudarnos a aceptar lo que sucede en el campo espiritual. Isaac Newton afirmaba que la luz estaba formada por diminutas partículas que viajaban a una velocidad de 300.000 metros por segundo. A esto se lo llamó Teoría Corpuscular. Más tarde, el científico holandés Huygens refutó esta teoría y presentó pruebas de que la luz se desplazaba formando ondas parecidas a las olas del mar. Como consecuencia de esto, la teoría corpuscular de Newton fue descartada por algún tiempo, hasta que Einstein demostró que algunos problemas pueden ser resueltos con la teoría de Newton y otros con la teoría ondulatoria. Por lo tanto, las dos teorías son utilizadas actualmente, aunque los científicos no comprenden cómo ambas pueden ser válidas al mismo tiempo. ¡Dios no le consulta a nuestra inteligencia antes de actuar!
Los creyentes nos gozamos profundamente en la realidad de la Humanidad y la Deidad de nuestro Señor Jesús, y en todos los detalles que emanan de estas dos grandes verdades. El hombre natural no puede explicar la realidad de estos hechos porque están más allá de su entendimiento. Pero, si bien la razón no alcanza a sondear profundamente este misterio, no significa que sea algo irracional, ya que está demostrado que ambos hechos son verdaderos. Por medio de la fe aceptamos estas verdades absolutamente, reconocemos que Dios es más sabio y más grande que nosotros y que Su gracia es maravillosa. ¡Cuantos motivos para rendir nuestra desbordante adoración al bendito Hijo de Dios!
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