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El Señor Jesús Mismo

W. P. Turpin

English version

Nuestro Pasado - Nuestro Presente - Nuestro Futuro

Yo he tenido ltimamente mucho deleite al contemplar la bendicin que produce al estar absorto con el Seor Jess. Un efecto en que las muchas preguntas, desacuerdos acerca de las palabras, vano nerviosismo y disputas que a uno lo asediaron en cada lado me han conducido a acercarme a l. Yo deseo hacer volver los dispersos y las mentes desconcertadas de los santos en alguna otra cosa, y presentar ante ellos un objeto que es digno, OH cuan digno! De su entera, constante, atencin permanente, adoracin y alabanza. Esto es inmensamente bendito y muy prominente en que esa nica palabra "El mismo" esta a travs de toda la Palabra.

Nuestro Pasado: "El mismo".

Si el Espritu Santo dirigiera los pensamientos a la cruz, en ese gran juicio del pecado, en la escena del pago completo de toda nuestra deuda, en el Calvario, aquel lugar de vida aunque est en el lugar de la calavera, esto es para presentacin de "El mismo". Por tanto esto est en 1 Pedro 2:24 "quien llev el mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero,... y por cuya herida fuisteis sanados". Esto es "el mismo", es "su cuerpo", es "su herida"!. OH bendicin especial y particular!, Cun dulce para el corazn es esto!. Esto mismo puede ser observado en Isaas 53 donde todo es "l mismo", "l" y "Su". El Santo Espritu ha de fijar lo que es indivisible, sin distraccin mirando fijamente desde mi alma a "Jess mismo" como mi perfecto Sacrificio!.

Reiteramos, l ha terminado la obra, l ha soportado la Cruz, para que ese pecado, esa poderosa barrera que est en el camino de retorno de los pecadores a Dios, haya sido puesta fuera de esta va. Las montaas que son de mi culpa, s, "las cimas mas altas de las montaas" de mis iniquidades, ha sido "cubierta" por "la sangre preciosa de Jess". El Salvador se levanta desde la muerte porque la tumba no pudo detenerlo. l resucita, l rompe las ataduras de la muerte, porque "no era posible que l fuera retenido por ella". l se presenta a sus discpulos, quienes con sus esperanzas destruidas y perspectivas difusas, las cuales son aterradoras y avergonzadoras. Todas sus esperanzas haban quedado en la tumba de Jess, nunca ellos pensaron en la resurreccin. Consecuentemente cuando l aparece, causa temor y vergenza entre ellos. Cmo tranquiliza l sus corazones?, Cul es el plan que l adopta para restaurarles su confianza y paz? l se presenta as mismo diciendo (Lucas 24:39), "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy". Entonces en el (vers. 40) "les mostr las manos y los pies". Con esto se mostr como "l mismo"; esto ni siquiera es una mencin clara de las pruebas en las que l haba estado: o un recuerdo a sus mentes en las que l les haba enseado todas estas cosas. No, precioso como esto habra sido de sus labios, all hubo algo todava ms conmovedor, ms agradable, ms convincente y que lo representar a l mismo "Mirad mis manos y mis pies, que yo mismo soy". Cun bendito es todo esto!.

Nuestro Presente: "l mismo"

Pero hay incluso un paso ms all en esta bendicin, porque nosotros encontramos en el evangelio de Juan al final, quedando los discpulos y Jess juntos; dejndoles con l mismo. En Juan 21, Pedro es restaurado y es entonces totalmente restablecido y reinstalado en su oficio, el bendito Maestro le dice (v.19) "Sgueme". Juan nos dice, que l fue visto por Pedro "siguindolo". Cuando Pedro pregunta al Seor sobre Juan la respuesta es, "Qu a ti? Sgueme t". Aqu nosotros vemos nuevamente al bendito Seor tener la mente absorta con l mismo.

Y ahora que l ha venido y se ha marchado, ms nosotros, sus pobres y dbiles, somos dejado en un mundo que le repudia y le rechaza. Qu tiene l para dejarnos y animar nuestros corazones, para ocupar nuestras almas, para alimentar nuestras esperanzas? "l mismo". "Y si me fuere y os preparare lugar, vendr otra vez, y os tomar a mi mismo, para que donde yo estoy, vosotros tambin estis" (Juan 14:3). Y de igual forma es en las favorables palabras de consuelo, el Espritu Santo conforta a los Santos en Tesalnica en su afliccin: "Porque el Seor mismo con voz de mando... Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Seor en el aire".

Nuestro Futuro: l mismo

S nuestro pasado es l mismo, s nuestro presente es l mismo, nuestro futuro tambin es l mismo; "y as estaremos siempre con el Seor". Oh, que preciosura que excede todo esto! Esta verdad es "solo Jess". Podra el Seor concedernos que en cada objeto busquemos aquellos estorbos mismos, que no dan lugar para tenerle a l en nuestros corazones! El diablo no ha de esperar en las habilidades y las estratagemas para atraer las mentes, sino en los afectos de los santos que en varias cosas estn verdaderamente conectados con Jess, pero que no son "l mismo", y al juntar esto (lo correcto y lo apropiado en ellos mismos) todos los asuntos se absorben en la mente. Y cuando l triunfa, Cual es el resultado? Un manifiesto fro entre los hijos de Dios, una frialdad que ha de ser siempre la consecuencia de tener cualquier otro objeto y no a "l mismo" cerca del corazn. Para soportar, puede el Seor Jess mismo darnos toda la gracia en aquel feliz lugar, del cual nosotros a veces cantamos:

"Oh, s yo pudiera, como el deseo de Juan,

Reclinar mi cabeza cansada en

El preciado pecho del Redentor.

Libre de la preocupacin, del pecado y del dolor,

Dame, Oh Seor, para encontrar en Ti

Libre de la preocupacin, del pecado y del dolor,

Dame, Oh Seor, para encontrar en Ti

Mi descanso eterno".

DVP.190404